(Juan 16:8), el Maestro Divino que abre las Escrituras al entendimiento del creyente que con devoción las estudia, revelándole la identidad de Jesucristo y la verdad del Evangelio (Juan 15:26; 1 Corintios 12:3; Juan 16:14). “Creo en el Espíritu Santo” como mi testigo y abogado, que me asegura que soy de Cristo y está a mi lado para ayudarme, apoyarme y defenderme. Romanos 8:16; Efesios 1:13, 14 “Creo en el Espíritu Santo”, no como reliquia doctrinal sino como poder. Él dinamiza y da energía al creyente;
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